Seguro que más de una vez has recurrido al archivo robots.txt
para tapar agujeros. Es una solución rápida y aparentemente eficaz para evitar que Google rastree URLs que no te interesan, como filtros, parámetros o secciones de poco valor. Pero, seamos sinceros, la mayoría de las veces, usar el robots.txt
de esta manera es como poner una tirita sobre una herida que necesita puntos. Sabemos que Google puede ignorar (y de hecho lo hace en muchas ocasiones) esas instrucciones.
Es una solución temporal que oculta un problema mucho más profundo: una arquitectura web mal planificada.
¿Por qué el robots.txt es solo una solución temporal?
El archivo robots.txt
es una herramienta muy útil, pero su función principal es dar directrices a los bots sobre qué partes de tu web no deben rastrear. El problema viene cuando lo usamos como un parche para ocultar fallos de diseño que nunca debieron existir.
Cuando bloqueas un montón de URLs con robots.txt
, lo que realmente estás haciendo es maquillar una estructura web que podría haberse diseñado mucho mejor desde el principio. Estás cubriendo las consecuencias de una mala planificación, en lugar de solucionar la causa. Esto es un pilar fundamental del SEO técnico: construir una base sólida para que todo lo demás funcione.
¿Qué problemas acarrea bloquear URLs con este método?
Confiar ciegamente en el robots.txt
para controlar el rastreo tiene sus desventajas, y algunas pueden ser bastante graves para tu posicionamiento.
El principal inconveniente es que si un usuario enlaza a una de tus páginas bloqueadas, toda la autoridad de ese enlace se pierde. Googlebot no puede acceder a la URL para rastrearla y, por lo tanto, no puede traspasar esa valiosa autoridad a tu dominio. Es como si te enviaran un paquete a casa, pero has bloqueado la puerta y el repartidor no puede entregarlo.
Además, aunque una URL esté bloqueada, Google puede encontrarla a través de enlaces externos y llegar a indexarla (sin rastrear su contenido). El resultado es que puede aparecer en los resultados de búsqueda con un título poco atractivo, como la propia URL, y una descripción del tipo “No hay información disponible sobre esta página”. Esto no solo da una imagen pésima, sino que es una oportunidad de clic perdida.
¿Cuándo es el momento ideal para solucionar estos problemas de raíz?
Si tienes la oportunidad de rediseñar o reconstruir tu página web, estás ante un momento de oro. Es la ocasión perfecta para replantear la arquitectura y asegurarte de que esos quebraderos de cabeza y “trampas para arañas” (spider traps) ni siquiera lleguen a existir.
En lugar de pensar en cómo vas a bloquear miles de URLs con filtros de búsqueda que se generan sin fin, puedes planificar una estructura que los gestione de forma inteligente desde el principio.
¿Cómo puedes evitar estas “trampas para arañas”?
Las “trampas para arañas” son bucles o conjuntos de URLs (a menudo infinitos) que no aportan valor y consumen el presupuesto de rastreo de los motores de búsqueda. Piensa en los típicos filtros de un e-commerce que permiten combinar tallas, colores y marcas, generando una URL única para cada combinación.
Para evitar esto, en lugar de recurrir al robots.txt
como primera opción, considera alternativas mucho más limpias:
- Usa la etiqueta
meta robots noindex, follow
: Le dices a Google que no indexe la página, pero que sí siga los enlaces que contiene. Es ideal para páginas de filtros o resultados de búsqueda internos. - Implementa etiquetas canónicas: Indican cuál es la versión “original” de una página, consolidando la autoridad en una sola URL y evitando el contenido duplicado.
- Planifica la navegación por facetas: Diseña el sistema de filtros para que no genere URLs rastreables por defecto, por ejemplo, usando tecnologías como AJAX para cargar los resultados sin cambiar de URL.
No siembres las semillas de tu propia deuda técnica
Cada vez que aplicas un parche rápido en lugar de una solución real, estás acumulando deuda técnica. Al principio parece inofensivo, pero con el tiempo, esa deuda crece y hace que cualquier cambio futuro sea más lento, costoso y complicado.
Una buena estrategia SEO no se basa en parches, sino en cimientos fuertes. Pensar en la arquitectura web y en cómo van a interactuar con ella los motores de búsqueda desde el minuto uno no es una opción, es una necesidad.
Así que la próxima vez que vayas a editar tu robots.txt
para bloquear una nueva tanda de URLs, párate a pensar: ¿estoy poniendo una tirita o estoy solucionando el problema de verdad?