Todos hablamos de ChatGPT y de cómo está cambiando el mundo, sobre todo en el trabajo. Pero, ¿sabemos de verdad para qué lo utiliza la gente en su día a día? Este estudio reciente a gran escala ha analizado miles de millones de mensajes para darnos una respuesta, y la verdad es que los resultados son bastante sorprendentes. Estas conclusiones, que veremos a continuación, se suman a las que ya analizamos hace algunos meses gracias a la indexación en Google de miles de conversaciones.
Lejos de ser una simple herramienta de productividad, los datos demuestran que ChatGPT se ha convertido en un compañero para la vida cotidiana. Vamos a desgranar los puntos clave que desmontan muchos de los mitos que dábamos por sentados.
¿Usamos más ChatGPT para trabajar o para el ocio?
Aquí viene la primera gran sorpresa. Si pensabas que la mayoría de la gente usa ChatGPT para ser más productiva en el trabajo, los datos dicen todo lo contrario.
Más del 70 % de las conversaciones en ChatGPT no tienen nada que ver con el trabajo. Sí, has leído bien. Aunque el uso para tareas laborales ha crecido, el uso personal y de ocio lo ha hecho a un ritmo mucho más rápido, pasando del 53 % al 73 % en solo un año.
Esto demuestra que el valor real de esta tecnología, para la mayoría, está en resolver dudas cotidianas, aprender cosas nuevas o simplemente explorar ideas fuera del entorno profesional.
¿Cuáles son los temas más populares en ChatGPT?
Si no lo usamos principalmente para trabajar, ¿de qué hablamos con la IA? El estudio clasifica casi el 80 % de todas las conversaciones en tres grandes categorías:
- Guía práctica (29 %): Es la categoría reina. Incluye desde tutoriales y consejos sobre cómo hacer algo (“¿cómo se arregla un grifo que gotea?”) hasta ideas creativas o planes de entrenamiento personalizados.
- Búsqueda de información (24 %): Muy parecido a lo que haríamos en un buscador tradicional, pero de forma conversacional. Preguntamos por datos concretos, recetas, eventos históricos o personas.
- Escritura (24 %): Aquí entra todo lo relacionado con generar o modificar texto. Desde escribir correos electrónicos y documentos hasta traducir, resumir o corregir un texto que le proporcionamos.
¿Y qué pasa con la programación y la IA como compañera?
Dos de los mitos más extendidos sobre el uso de la IA se caen con estos datos.
Por un lado, la programación de código representa una parte muy pequeña del uso total, apenas un 4,2 % de los mensajes. Aunque es una herramienta potente para desarrolladores, no es, ni de lejos, el uso mayoritario.
Por otro lado, la idea de usar ChatGPT como un compañero para hablar de temas personales o combatir la soledad tampoco parece ser una tendencia masiva. Las conversaciones sobre relaciones personales, reflexiones o juegos de rol apenas suman un 2,4 % del total.
¿Qué tipo de tareas le pedimos exactamente?
El estudio va un paso más allá y no solo mira el tema, sino la intención del usuario. Lo divide en tres tipos de acciones:
- Preguntar (Asking): Cuando buscamos información o consejo para tomar una decisión. Representa el 49 % de los mensajes.
- Hacer (Doing): Cuando le pedimos a la IA que genere un resultado tangible, como un correo, una tabla o un trozo de código. Supone el 40 %.
- Expresar (Expressing): Conversaciones sin un objetivo claro, como saludos o comentarios personales. Es el 11 % restante.
Lo interesante es cómo cambian estas cifras cuando filtramos solo por el uso en el trabajo.
¿Y en el entorno laboral?
En el trabajo, la balanza se inclina. El 56 % de las peticiones son de “Hacer”, es decir, le pedimos que produzca algo por nosotros.
¿Y cuál es la tarea estrella? De nuevo, la escritura es la reina absoluta, representando el 40 % de todo el uso laboral. La mayoría de las veces (dos tercios, para ser exactos), no le pedimos que escriba algo desde cero, sino que mejore, corrija o adapte un texto que nosotros le damos.
¿Ha cambiado el perfil del usuario de ChatGPT?
El estudio también revela datos demográficos muy interesantes que muestran cómo la herramienta se ha ido democratizando.
- Género: Al principio, la mayoría de los usuarios eran hombres. Sin embargo, la brecha de género prácticamente ha desaparecido, y en junio de 2025 ya había un ligero mayor número de usuarias activas.
- Edad: Los jóvenes son los más activos. Casi la mitad de los mensajes provienen de usuarios de entre 18 y 25 años.
- Geografía: La adopción de ChatGPT está creciendo a un ritmo mucho más rápido en países de ingresos bajos y medios, lo que demuestra su alcance global y su capacidad para romper barreras.
Conclusión
Este análisis nos deja una idea muy clara: ChatGPT es mucho más que una herramienta para potenciar la productividad en la oficina. Se ha integrado en nuestra vida cotidiana como un asistente versátil al que acudimos para resolver dudas prácticas, buscar información de una forma más natural y, por supuesto, para que nos eche una mano con la escritura.
Los datos demuestran que su uso es cada vez más diverso y global, y que los estereotipos del programador o del usuario solitario no representan a la gran mayoría. Entender cómo usamos realmente estas tecnologías es el primer paso para poder sacarles el máximo partido, tanto dentro como fuera del trabajo.